Lo dije recientemente, no recuerdo con motivo de qué película, pero es que los síntomas de estancamiento empiezan a ser evidentes en el género de animación. La nueva fórmula de comedietas con personajes irreverentes, sumada a la animación 3D, que desde luego había conseguido dar un paso técnico importantísimo, dio resultados muy buenos en todos los sentidos: tanto en lo económico, con absolutos exitazos de taquilla como Toy story o Shrek, como en lo artístico. Y aquí los ejemplos son varios. A las dos citadas se pueden sumar películas como Los increíbles (aquí hablo como precrítico, porque no he podido verla aún) o Buscando a Nemo (aquí ejerzo ya como "postcrítico").
Pero a veces el éxito desmedido puede llegar a ser negativo. Y así ha sido. Todo va tan bien, que nadie quiere tocarlo, y hemos llegado a un punto de estancamiento. Nos siguen pretendiendo colar las mismas historias, los mismos perfiles, las mismas comedietas y, sí, ahora el elfo tiene un pelo formado por tropecientos millones de cabellos con vida propia ¡e incluso inteligencia artificial! (¡pero si son cabellos!) y todo muy currado, sí. Pero hace tiempo que muchas de estas películas empiezan a aportar poco o nada.
La que más ofrece, da un rato de entretenimiento (que no es poco, pero...). El resto, me empiezan a sobrar. Y me temo, sintiéndolo mucho, que esta búsqueda de piedras mágicas tendrá poquito que ofrecer. Técnicamente correcta, pero varada. Estancada. Incluso vieja, diría ya.
El género empieza a necesitar de un nuevo impulso, de un nuevo hito.