De nada sirve intentar ocultar mi fascinación hacia la primera película del director Richard Kelly, “Donnie Darko”, cuando los precríticos lo sufrieron en sus carnes. Se convirtió rápidamente en una película de culto. Tenía los ingredientes necesarios: era críptica, llamativa ¿frank? y tenía una buena banda sonora de canciones de grupos británicos de los 80. Para mí sobre todo tenía una atmósfera diferente, muy personal, y unos diálogos que jugaban a los dos palos: cotidianos y con intríngulis. Además muy original y bien pensada. Me encanta verla como una revisitación compleja de “Regreso al Futuro”. Aun así me negaré a ofrecerle un cinco estrellas hasta que me convenzan de que los detalles espacio - temporales están bien atados sin trampa ni cartón.
Sin embargo, esta era su primera película y se notaba en el presupuesto. Pero esto se acabó, Richard Kelly se ha convertido de la noche a la mañana en un director de culto. Pronto se dedicó a preparar una versión con un nuevo sonido (que era un tanto precario) y con las escenas que le obligaron a mutilar. La página web echaba chispas proporcionando nuevas preguntas, más que respuestas, al enigma.
Y ahora, con esos precedentes, Kelly nos quiere ofrecer, según sus palabras, una experiencia multimedia épica. Ahí es nada. Y esto no es hablar por hablar. “Southland Tales”, la película, supone la tres últimas partes de una saga de nueve novelas gráficas escritas por el propio director e ilustradas por Brett Weldele. Además la página oficial (www.southlandtales.com) pretende ser un apoyo. Por ahora, es más un anuncio de lo que está por venir. Toda la maquinaria está preparada para que Kelly saque adelante su nueva película de culto. Naturalmente lo quiere dar todo. Se trata de un musical de ciencia ficción ambientado en un futuro cercano, que es también una comedia y un thriller. Toma ya. Y siguiendo con las palabras del director, define a la película como un híbrido entre Philip K. Dick y Andy Warhol. ¿Alguien da más?
Su protagonista es nada más y nada menos que The Rock. Tenemos también a Sarah Michelle Gellar (Buffy), a Miranda Richardson (“Harry Potter y el cáliz de fuego”, “El fantasma de la ópera” o “Sleepy Hollow”) y al mismísimo Kevin Smith, también conocido como Bob el silencioso, director de la también película de culto “Clerks”, “Mallrats”, “Dogma” o la más reciente y moderada “Una chica de Jersey”. La presencia de Smith en esta película no hace sino reforzar la locura que puede ser.
Veamos, los ingredientes están todos sobre la mesa y según yo lo veo sólo permiten dos posibles resultados: la película se convierte, como busca y espera, en una película de culto o fracasa estrepitosamente. La verdad es que me gustaría que se tratase del primero y esta es mi apuesta precrítica por decirlo así. Sería fácil esperar a ver las primeras reacciones en el Festival de Cannes, (mañana se estrena mundialmente) pero así no tendría ninguna gracia.
Lo cierto es que la película tiene un tufillo a película de culto prefabricada y buscada que le resta muchas posibilidades. Me da miedo que tío dollar haya dicho, “eh, este chico vende, démosle lo que pida a ver si esta vez no hay un ataque terrorista para estropear la distribución. Venderemos cómics, muñequitos de The Rock y diremos en cuanto podamos que es el director de Donnie Darko.” Lo que está claro es que Kelly se la ha jugado. Casi se podría decir que toda su carrera a una carta. Y está claro que no tiene interés en hacer películas convencionales. Esto merece mi interés.
Tanto en taquilla como en crítica y no necesariamente unidas, la pregunta es ¿Éxito o estrepitoso fracaso?