La película refleja a la perfección, la situación de la época, la ignorancia de la guerra consigo misma, y por supuesto, el raso papel del ser humano en ella. Con muy poco, y a la vez mucho, el film recorre diversas facetas de la piel del hombre con la entereza y la dulzura a partes iguales.
Sin sobrepasar los límites ni la frontera de lo empalagoso traza líneas bonitas y llenas de humor alrededor de una idea, que aunque sepa a forzada, lo está tan bien, que se admite perfectamente.
Una película en la que no sobra nada, todo es necesario, y que está pensada de principio a fin con una dirección acertada y rica en dinamismo a pesar de tener que jugar con la extensa Paragonia como único refugio de decorado.