Las películas nórdicas, yo no sé por qué, disfrutan golpeando al espectador con historias duras y situaciones fuertes tratadas desde un punto de vista, la mayor parte de las veces, frío y hasta cruel. Creo que en este caso se va a cumplir de nuevo.
Para empezar, la historia lo pide, un trauma, mucho rencor, maldad. Me gusta que el enfoque de la película huya de los juicios morales para mostrar los actos censurables de unas personas entre las que nadie termina de salvarse, alguno con justificada sed de venganza y algún otro no, pero ninguno de ellos rebosando bondad.
Para quien le guste que hurgar en la basura humana. Una película difícil de ver que seguramente no dejará al espectador indiferente. El hecho es que el Festival de San Sebastián lleva unos años apostando por el cine nórdico y la cosa no está funcionando nada mal. Una muy buena opción.