Me atrevería a decir que gracias a Gomorra, esa película no sé si laureada pero al menos muy significativa en los medios de comunicación, este film sencillo sin demasiadas aspiraciones se acerca a nuestra cartelera, poco cine italiano suele llegar, y este es sin duda un ejemplo de intento de clavarla bajo el epígrafe de Gianni di Gregorio, director y guionista aquí, guionista en la película surgida con la nueva mafia como trasfondo.
Sencilla porque nos traslada a una historia más o menos conocida aunque adaptada a los nuevos tiempos, con la ancianidad como recurso de temática y una línea de trabajo más bien convencional, llegando más a los propios italianos que al resto del mundo, aún así no se le podrá quitar el aspecto meramente normal y conciliador, de una denuncia a medias, de una historia edulcorada, de una descripción parcial y menor de una situación sin llegar al drama, sin entrar en comedia, una película sin más, ramplona.
Aún así, seguro que mantiene una especia de regularidad en los diálogos y en sus actuaciones, así como en su ambientación como para creernos brevemente el contenido, cosa que en nuestro país sucede poco, porque ya casi ni existe el término medio de nuestro cine, o son buenas y resultonas o malas, que le vamos a hacer.