Para comenzar, no creo que la gran industria tenga el talento suficiente de separar las necesidades numismáticas del respeto a tal obra de magnitud indiscutible. Por esto, opino que en la división necesaria que debemos contemplar ante la osadía de realizar una película como esta existen las siguientes partes.
Contemplarla como espectáculo rítmico de acción, aventura y pasión, o como fiel reflejo de cuanto quiere evocar el eterno poemaje de las obras literarias.
A mi entender en este caso no podemos esperar más que los personajes no tengan importancias justas. Algo me dice que Ulises está muy visto y lo esconderán. Que ni los hechos serán bien sentidos sino cumplen con la ley máxima de la continuidad y ritmo de la acción para con un espectador que ha pagado y que aunque quiera no tendrá tiempo para pensar en las pasiones desatadas y motivos incontrolados de un elenco de personajes merecedores de lustros.
Ahora bien, no quiero ser yo exquisitamente crítico. Hay que tener corazón para enfrentarse a algo de tal embergadura por el mero hecho de pelear en tal campo de batalla me motiva a comprender que los desembolsos monetarios para la producción han obligado a convertir una gran historia en un enorme ejercicio de dirección y acción hasta culminar en la asombrada visión de un espectador que se conformará con ver algo tan visual y poderoso en pantalla.
Podría ser que lo que quiero depositar en estas palabras es solo un pequeño permiso de maniobra en pos de una gran película de comercio, aventura y acción como creo es ésta.
El problema es que no creo que hayan transportado la historia a las pantallas, es que la han adaptado y es algo importante a tener en cuenta. Preferiría que la hubieran transportado y no tan solo colocado en planos, secuencias y escenas más o menos compensadas para no decepcionar a un público común que espera solo eso.
Que más se puede pedir...