No puedo entender que un amplísimo sector de la crítica especializada haya echado pestes sobre esta nueva película de Shyamalan. Personalmente, más allá de que a mí me haya encantado, veo virtudes, hallazgos visuales y momentos de gran cine en ella que deberían verse ya desde un prisma meramente objetivo. También veo dos o tres pequeños defectos, pero he decidido voluntariamente restarles importancia para valorar muy positivamente una película que se lo merece, más aún por el incomprensible desprecio de cierta parte de la crítica.
Precisamente por esto, citaré esos pequeños errores previamente, me los quito de encima y pasamos a lo positivo. Hablaba Sherlock en su postcrítica de ese cierto aroma a serie B. Pues sí, ahí está, aunque a mi me gusta. De hecho, creo que a él también a pesar de algunas de sus quejas. Varias las comparto: Wahlberg hace lo que puede en un papel que no le pega, la niña no es para tirar cohetes y la Deschanel se limita a abrir mucho esos enormes ojos de dibujo manga. A su lado, Leguizamo es un astro.
Pero todo esto, no sé por qué, le cuadra a la película. Existe toda una tradición de pequeñas películas de terror y suspense, baratas, que se las ingenian para funcionar sin efectos especiales y con actores limitados, y Shyamalan demuestra que, con esos ingredientes, se puede elevar el matiz de la obra hasta un primerísimo nivel. Y lo hace él, a base de talento.
Cierto que quizá en el guión descuida un par de diálogos tontos ("¿en un parque?, ¡qué extraño!"), y que siendo lo hábil que es, nadie se explica por qué no ve que a nadie le interesa que la chica se nos quede preñada al final, máxime cuando ya tiene una familia, con niña incluida. Pero con la cámara es muy muy bueno. Y aquí también ha sabido acompañar ese talento con una buena trama de terror, en todo un subgénero: La Naturaleza se revuelve contra el Hombre.
Es increíble como juega con el sonido, con la nada, para crear angustia. Simples árboles, el viento, son en sus manos lo que en las de Spielberg fue un tiburón o en las de Hitchcock una bandada de pájaros. Con esta última guarda muchos parecidos, además de compartir subgénero. Fantástica toda la parte de la anciana enloquecida, con el apoteósico clímax de su suicidio, espectacular y grotesco. Maravillosa la secuencia en que muere el personaje de Leguizamo, como también señalaba Sherlock, y brillante, insultantemente talentosa, la secuencia en que la cámara sigue a la pistola suicidio tras suicidio, dotando al momento de un terrible y acertadísimo cariz vírico.
Podría seguir citando ejemplos, pero prefiero ser genérico: dejar claro que la película no pierde ritmo en ningún instante, la tensión es continua y esa fotografía casi natural potencia definitivamente el aura de grandísima película de bajo presupuesto. Incluyendo sus dos o tres momentitos cómicos: impagable Wahlberg hablando con una planta. "Y sigo haciéndolo".
Miro arriba y veo las cinco estrellas. Quizá sea excesivo, pero si lo soy, es por muy poco.