En Riddick encuentro una aflicción especial que me decanta por su personaje a modo de Bogart de otros tiempos llevándome a consentir mucho más a este film fantástico y de comercial aventura y acción. Porque no nos engañemos, esto no va a ser la leche, cuidado y lleno de petardeo y emoción de efectos especiales. Una saga ya de este malo malísimo pero algo bueno que a todos nos enternece y espero en próximas ediciones nos enternecerá. Su antecedente es Pitch Black, en una historia de esas que me gustan de mundos fantásticos, porque en esta serie de películas, algo importante en mi concepción y nota es el intento de no engañar con un mundo real adaptado, es decir, al menos en la anterior entrega y como en esta espero, el mundo ideado es presentado como tal, nada de colocar en la realidad ficciones desacertadas y muy difíciles de compaginar con nuestra miserable existencia fuera de toda maravilla de seres más allá del humanismo recalcitrante de las balas. Ya la quiero ver.