Brillante. Brillante en todos los sentidos. Empecemos por lo común, pero no por ello menos importante. Los actores. Como se suele decir “en estado de gracia”. Comentarlo no les hace justicia, pero que se le va a hacer. Bruce Willis vuelve a demostrar lo bueno que puede llegar a ser dentro de su género (patetismo y violencia). Impagable. Clive Owen va a más a ritmos acelerados, da miedo a donde pueda llegar. Micki Rourke inmenso (en todos los sentidos de la palabra). Su personaje es uno de los mejores de la película. Su fuerza no está sólo en sus músculos. Benicio del Toro está maravilloso. Y mal no está nadie en esta película.
Pasemos a lo evidente. Su fotografía. No, mejor dicho su estética. Pues esto es algo más que fotografía. Coincido con Rómulo en desechar algunos momentos, algunas elecciones, aunque no sé si coincidiríamos en cuales. No me gusta cuando Mijo lanza sus estrellas, la forma en que se le enfoca desde abajo. Tampoco los movimientos de juguete de los coches. Y alguna cosilla más, y es que evidentemente todo no va a gustar en un experimento. Pero el resto me ha fascinado, me ha tenido con la boca abierta, preguntándome si este Rodriguez es el mismo de “El mejicano”. Un cómic hecho cine, algo completamente novedoso, algo bestial y poderoso. Acojonante. Y desde luego meritorio, pues cada plano estaba ampliamente trabajado. Momentos como el de la silueta blanca en el alquitrán. No hay palabras para convertir este párrafo en lo que opino de todo esto.
Su banda sonora me ha enganchado desde el primer momento. Agresiva, conscientemente anticuada, arrebatadora.
He dicho que conscientemente anticuada. Y así lo es esa magnífica voz en off, más que pasada de moda. Todo dentro de esa forma de contar las cosas tan de cómic, con situaciones exageradas y yendo al grano continuamente, con clímax estupendos y tensión a raudales. Conseguir la cabeza, salvar a la niña, enfrentarse a ese frodo que se ha puesto el anillo, combatir al maligno junior amarillo. Constantemente una densa tensión aderezada de escenas asquerosamente violentas, porque ya sabemos, hoy en día a la gente no se la sacude fácilmente.
Y es que el guión también me ha gustado. Tres historias (y un poco de otra) repletas de personajes, de momentos, de acción (y no me refiero a persecuciones de coches precisamente) y de sucesos, a cual más macabro y a cual más retorcido. No hay un momento vacío que te permita pensar en otra cosa, la película te coge de los huevos y no te suelta hasta los créditos finales.
Los personajes, además de tener dentro a buenos actores, están perfectamente caracterizados, y no me refiero sólo al grandullón. Cada uno que aparece, un gordo de hombros peludos, tipos desagradables, de aspecto grotesco y muy gráfico.
Un cómic viviente, algo que nunca había visto en una pantalla de cine. Una de las mejores películas en mucho tiempo, y sin duda la mejor con mucho de Robert Rodriguez.