Winterbottom ha hecho una película en condiciones. No quiero decir con esto que todas sus anteriores no lo sean pero en esta ocasión y encima en San Sebastián, lo ha sabido hacer sin necesidad de complicarse la vida. Genova es un drama familiar, una peli de relaciones personales, con mucha intención de ofrecer al espectador la personalidad tan especial de la ciudad italiana de Génova y a su vez la relación de sus personajes en el interior de la misma. Abierta al público pero cerrada en su interior, peligrosa, tensa, sucia y con mucha historia. Al igual que Firth y sus hijas.
Ya desde el minuto uno empieza muy directo, sin perder minutos. Una madre conduciendo un coche y sus dos hijas jugando a taparse los ojos, detrás. La hija pequeña le tapa los ojos a la madre y como consecuencia tienen un accidente en el que muere la madre. Me ha gustado. Sencillez y ahorro de energía para lo que nos queda por delante. A partir de ahí la historia crece sola, se alimenta de este hecho. Y lo sabe hacer muy bien.
Colin Firth en el papel de padre viudo con dos hijas a sus espaldas, decide llevarles a Génova para cambiar de aires y de vida. También sencillo. ¿Y para qué más? El honesto Winterbottom nos viene a decir " esto es lo que hay, sacaré petróleo". Y en cierta manera lo hace porque del accidente inicial se crea una especie de árbol genealógico y la vida de toda la familia se tiene en cuenta y se le ofrecen minutos a cada uno de ellos. La vida de todos, la de Firth de profesor que inicia una nueva vida y ya es amado por otras, la hija mayor y la típica adolescencia de "quiero mi espacio". La gran interpretación sin duda es la de la hija menor. La gran protagonista en mi opinión. Sus pesadillas, sus sueños, su madre apareciéndole son los momentos en que mayor emoción se respira.
Nada pesada, parecía sacada de un relato o de una novela de pocas páginas pero con una ejecución muy aceptable. Eso sí, muy básica, pero sin despeinarse. Génova es una candidata a no ser recordada como una más. Y eso ya es algo.