Sexta película del realizador mexicano Guillermo del Toro. Su ópera prima, "Cronos", tuve el placer de verla en el ultimo fin de semana precrítico, de la mano de Obi Wan. Me pareció una película que en su conjunto es irregular, pero que tiene una primera mitad de gran fuerza.
"Mimic" me pareció, sencillamente, una película insufrible. "El espinazo del diablo" me pareció otra película interesante aunque fallida, en la que ya se hacía notar la fascinación que a Del Toro le produce la Guerra Civil española. Sus dos siguientes películas, "Blade 2" y "Hellboy", no las he visto porque sus argumentos no me llamaban nada.
Ahora nos trae de la mano una película de la que hay mucha información previa: su presentación en Cannes, su pase en Sitges, su nominación a los Óscars representando a México.
Y he aquí que sin ser un plato de mi gusto, me siento ante el ordenador y tecleo con unas ganas increíbles de ver la película, y con la sensación de que Del Toro, esta vez, ha dado en el clavo, y ha sabido mezclar sus ingredientes y traernos un producto al que no le podamos poner la etiqueta de irregular.
Una vez más nos deja caer una historia fantástica en la Guerra Civil, pero se aleja del exceso de convencionalismo de la historia de "El espinazo del diablo", y nos transporta al mundo mitológico asturiano.
El experimento me parece acertado, y más si en el camino volvemos a contar con Federico Luppi (al que sólo él lo sabe convertir en grande), a Ariadna Gil ("Alatriste") a Maribel Verdú ("Y tu mamá también"), a Sergi López ("Pintar o hacer el amor") o a Álex Angulo ("Bosque de sombras").
Del Toro conseguirá con esta película ganarse a aquellos que, como yo, no somos fieles suyos.