Cuando menos habrá sangre. Park Chan-wook, uno de los mejores directores de Corea del Sur, aborda ahora el universo vampírico. Después de su particular trilogía de la venganza, el director de Oldboy cambió de tercio y se embarcó en esa interesante y extraña película que es Soy un cyborg, a medio camino entre Amelie, Mazinger Z, y Alguien voló sobre el Nido del cuco.
Ahora le toca el turno a un género que parece hecho a su medida. Un cine en el que generalmente se unen varios elementos propios del universo del coreano: sangre, belleza y obsesión. Su precisa capacidad visual, que destaca incluso en su país donde el nivel es ya bastante alto, no tendrá demasiadas limitaciones con un material como este, que se presta al adorno.
Algunos actores habituales en el reparto. Song Kang-ho, que ha trabajado anteriormente con el director y también ha participado en las películas de Bong Joon-ho, como por ejemplo The Host. Además de otros actores habituales tenemos un reparto más internacional, con Eriq Ebouaney que ha trabajado en conocidas películas francesas y americanas, especialmente de acción, o la bella actriz filipina Mercedes Cabral.
Un proyecto interesantísimo para los admiradores del cineasta y para los aficionados al buen cine de colmillos. Hoy mismo se podrá ver en el festival de Cannes, donde como siempre, hay una considerable presencia oriental y concretamente coreana. Aquí tendremos que rezar por su estreno.