A grosso modo, puede decirse que no hay un futuro en el mundo de la ciencia ficción en el que la humanidad no haya perdido el norte y el progreso tecnológico se haya convertido en un arma de doble filo. En este sentido, Renaissance no es una excepción y es que este film de animación bebe de muchas y diversas fuentes. La más evidente, por su estética de claroscuros y su alma de film negro, es Sin City, pero las referencias a otros films como Blade Runner o Minority Report son más que claras. Para algunos, esto es copiar. Yo opino que, a veces, a los plagios se les puede llamar homenajes.
Lejos de complicar al espectador con una historia en exceso retorcida o pretenciosa, el director de Renaissance ha decidido recurrir a un argumento clásico -que entre otras muchas reminiscencias recuerda a una película policíaca de tintes Hitchcockianos- pero no por ello menos interesante. Las referencias a conspiraciones en las que se ven implicadas grandes empresas, los secretos científicos que no deben hacerse públicos, la presencia de un detective obsesionado con sacar a la luz toda la verdad y la grandilocuencia de un final inevitable y teatral son elementos típicos que se entremezclan a la perfección para contar una historia que no aporta nada nuevo pero que consigue mantener el interés hasta su sorprendente final. Los personajes, arquetípicos pero creíbles, explotan los mecanismos comunes del género sin resultar en ningún momento forzados y complementan perfectamente el apartado argumental.
La película de Christian Volckman consigue entrar por los ojos nada más iniciarse la proyección y no deja de sorprender al espectador a lo largo de todo su metraje. La técnica de la motion capture y las 3D más tradicionales lucen esplendidas en todo momento y logran que tanto las escenas de acción como las más pausadas resulten tremendamente logradas. Pero más allá de este apartado técnico se esconde un trabajo a nivel artístico encomiable que solo puede calificarse de magistral. La recreación de un Paris futurista y deshumanizado, las autopistas que discurren por los actuales canales del Sena, la acristalada plaza de la catedral de Notre Dame, ese Montmatre con su Sacré Coeur cercados por monstruosas estructuras futuristas... Los entornos en los que la historia de Renaissance se desarrolla son algunos de los más impresionantes que se han podido ver en película alguna hasta tal punto que puede decirse que la ciudad de Paris es un personaje más del film.
Sin duda alguna, esta Renaissance puede verse como un antes y un después para el cine de animación Europeo. Teniendo en cuenta la relación de los franceses con el comic y la animación no es extraño que un país como Francia se reivindique ante el mundo como un nuevo mercado capaz de ofrecer cosas interesantes y competitivas, aunque aun le quede mucho camino por recorrer antes de encontrar un estilo propio. El reconocimiento de un amplio sector de la población hacia un tipo de cine que en muchos sitios no se considera tal es sin duda uno de los factores claves que se han tenido en cuenta a la hora de realizar esta obra. Y es que Renaissance es una película de animación que se toma en serio a sí misma.
Por su espectacular acabado técnico y artístico, por su inspiración clásica y accesible, pero sobre todo por lo que supone para el cine de animación europeo, Renaissance debe valorarse como una muy buena película.