Crítica de la película Morning glory por Romulo

Pues, efectivamente, nuestro viejo amigo Harrison Ford ahí sigue, haciendo películas. Él camina, sí o sí: Si para, revienta; si no nada, muere. Pero sabe que hace tiempo que no le tienen en consideración para títulos de verdadero peso. Solo lo hizo Spielberg, cómo no, para resucitar a Indiana Jones. Faltaría más.

Ahora le toca hacer una de sonrisa ligera, de odios y amores tardíos, de jóvenes risueñas y viejos que están de vuelta de todo o quizá sólo lo creen así. Con Rachel McAdams (ya ves tú) o Diane Keaton (otro claro ejemplo de quién te ha visto y quién te ve).

Dirige Roger Michell. ¿Quién es él? Director de Notting Hill (suenan campanas, ahora ya sabéis por dónde pueden ir los tiros) o El intruso, que viene a ser la oveja negra de su filmografía: Más oscura, más interesante... pero fallida. Muy fallida. El intruso parte de un arranque brutal, espectacular, mucho más que esperanzador, para terminar por hundirse en un thriller lastimosamente prototípico. Lo de lastimoso es literal, ya que insisto: El arranque es tan, tan prometedor...

Pero, bueno, ese impactante inicio y las campanillas que resuenan desde los USA me hacen pensar ahora, en Morning glory, en una comedia con algo más de mala baba de lo que es habitual en el género allí en Yanquilandia. Y es que, si nos atenemos a lo que suele verse, la industria hollywoodiense parece estar trazando un plan maestro para cargarse la Comedia.

Sae como fuere, si Morning glory asoma al menos un poquito el hocico por encima de la media, ésto no quiere necesariamente decir que sea una comedia digna. Como mucho, implica que intentará serlo. Pero está jodida la cosa.

Eso sí: Al menos está Harry. Algunos todavía le queremos.