Luc Besson se ha ido volatilizando poco a poco a los largo de estos años exigentes de cine. Exigente porque en los años 90 aún se podía ser artesanal, personal y a la vez tener éxito comercial, pero ahora, para lograr eso es mejor hacerlo en el drama, y no en el género que más le ha gustado siembre al francés, la acción pausada.
Poco queda ya de aquel director de El gran azul, El profesional, El quinto elemento o Juana de Arco, en estos últimos años divirtiéndose con un buen trabajo en Arthur y los Minimoys y sus segundas partes y terceras partes pero siendo semianimación, lejos de su potencial.
Probablemente absolutamente desentrenado y fuera de lugar se atreve con esta “comediucha” con Robert DeNiro como protagonista que no va a aportar nada presentando una familia americana en Francia huyendo de la mafia, sino todo lo contrario, es posible que hasta cabree. De chiste fácil y tonto, de acción grotescamente exagerada y adolescente, ese es el paradigma que se rumorea nutre el film.
Probablemente la veamos muy anunciada para picar, pero creo que es sinceramente diga de huir