Crítica de la película No tan duro de pelar por Iñaki Ortiz

Peliculita de poca monta para que la chavalería se quede a gusto soltando unas cuantas carcajadas, teniendo cuidado, eso sí, de no atragantarse con el refresco y las palomitas. Unos críos son los protagonistas y para críos es la película. Tampoco tiene nada de malo, siempre ha habido este tipo de tonterías para el dudoso disfrute de los más pequños, o, mejor dicho, los menos exigentes, que no siempre va parejo.

La cuestión es que, hoy en día, hasta para esto necesitas un nombre en el cartel. En este caso le ha tocado la china a Owen Wilson, que por desgracia no estará en Tropic Thunder, el eterno refuerzo que jamás funciona en solitario. Y es que aquí tampoco parece ser él quien se llevará el protagonismo, aunque sí toda la responsabilidad cómica de la película. No me extraña que este chico caiga en depresión si tiene que aceptar este tipo de trabajos.

Un director a la altura de la película, Steven Brill, con unos antecedentes del mismo tipo, como por ejemplo Mr Deeds. Varios guionistas, como no puede ser de otra manera, y entre ellos quiero destacar a John Hughes, un tipo que se dedica a firmar nada menos que como Edmond Dantes, responsable Sólo en casa, El club de los cinco, La mujer explosiva, Beethoven. Divirtiendo a generaciones enteras desde los ochenta.

Fabuloso. Si tienes hijos no los lleves a ver esta película, deja al menos que vayan ellos solos, así sentirás menos remordimientos.