Hay que atreverse a ver la película porque no todas las producciones de monstruo van a ser de la factura de la industria más trillada en el efecto especial. No todas las producciones son de la índole de poner por encima el espectáculo de unos tentáculos enormes proyectando sombras sobre los indefensos protagonistas sin mediar palabra en el guión.
Esta producción y su origen asiático, el enorme éxito de taquilla por aquellas tierras, y la deducción de que estamos ante un film algo más allá de cuatro sustos, me hacen atreverme a disfrutar pero con postura cómoda de una película de comercio, pero al menos más trabajada y sin tanta aureola de gran producción y grandes actores.
Puede que hasta nos sorprenda con una buena dirección lejos del monstruo, sí, en esas eternas conversaciones previas a los momentos más esperados de ataque y peligro. Puede que hasta al salir del cine lo hagamos satisfechos de haber invertido "dineritos" en algo sin demasiada alma pero bien hecho, con ganas, y algo más de sentido que otras muchas que quieren pulular por ahí con un bicho bajo el brazo.