Crítica de la película Alicia en el país de las maravillas por Romulo

Llega el momento de asistir a la nueva película de Tim Burton, algo que hace no tantos años era poco menos que un acontecimiento y que hoy, al menos ante esta Alicia maravillosa, me transmite sensaciones encontradas.

De la filmografía reciente de Burton puedo decir que encuentro títulos que me gustan mucho (el ejemplo máximo es La novia cadáver) pero sobre todo muchas películas que me provocan una cierta sensación de pereza e incluso tedio. Big fish es una buena película que sin embargo, pese a toda su presunta fantasía, resultaba demasiado convencional; Sweeney Todd es una película que con segundos visionados me ha llegado a aburrir sobremanera, a pesar de sus muchos méritos estéticos.

En cierto modo, Burton en su filmografía reciente ha perdido un puntito de magia y sobre todo está, por un lado, repitiéndose para intentar reaprovechar esas fórmulas que antes no fallaban (pero no fallaban por su magia casi juvenil, su fantasía incontrolable y su originalidad), y por otro buscando salida a sus nuevos proyectos prestando casi únicamente atención a lo estético.

Sucedía en Sweeney Todd y todo apunta a que puede suceder también en esta Alicia. Como el material narrativo es el que es, y además es de peso y prestigio, mucho me temo que Burton se olvidará de darle una vuelta revisionista para centrarse al 100% en sus claros de luna, sus árboles de ramas reviradas y sus diseños grotescos.

Si ésto sucede, podemos encontrarnos ante un film aburrido. Cosa mala. Aún así quiero pensar que todavía existe en Tim Burton algo de aquel viejo mago, como ya demostró por sorpresa en la embelesadora La novia cadáver. Ojalá, ojalá...

PD: Aconsejo NO ir a verla en formato 3D, ya que no es una película rodada expresamente para y en esta tecnología. Las copias proyectadas en 3D son, por lo tanto, meros "apaños". Vamos, que no merece la pena pagar de más por una copia que, para colmo, según informan desde otros países, parece ser que se ve más oscura, sin una bien conseguida sensación de profundidad... En definitiva: peor (y más caro).