Que a estas alturas sigan repartiendo dineros para desbordar la cartelera con películas de esta índole que los americanos dejaron de trajarse en serie b hace muchos y muchos lustros me resulta lamentable e irrisorio para con esa tentativa por dar alas a un cine español que podría tenerlas en manos de otros ilusionistas al menos más jóvenes y vivaraces que Ventura Pons.
A mi entender, el señor en cuestión afiliado con los amiguotes de la cataluña "profunda", solo mezcla comedias de corte clásico norteamericano con reflexiones de andar por casa del cine nórdico, con una pequeña tela de modernidad que trata de disimular sus obsoletos temas. No llega, no hay intensidad, hay extrañeza, como esa curiosidad por lo raro, pero al final no es cine, es algo que se hace con una cámara.
Que sigua ejercitando, que es libre, pero que el panorama estatal lo llenen de Guillenes Cuervo y Santis Millanés en manos de alguien con más fé y menos cumplir y pasta a la buchaca.