Se me ha agotado la paciencia para con este Guy Ritchie, alias Barridos por la marea, porque de tanto intentar innovar va a resultar que se está haciendo el listo con todo aquel que recuerda lo que fue y no ha vuelto a ser. Sherlock Holmes es un personaje, nada de un invento pasajero, un personaje de los que no se pueden tocar sin consecuencias, de esos que hacen que el público te acabe guardando resquemor si lo haces mal, si no lo respetas lo suficiente. Con tal de recuperarse este director va a hacer lo que sea, pero lo que sea no vale ya.
Los rumores sobre que está basado en un cómic que tal y cual, que no sigue las estructuras mínimas de sus investigaciones, así como la aparición de cierto personaje femenino por imposición además de la para mí fallida elección de los actores, deberían cambiar sus papeles a no ser que Robert Downey Jr le haya obligado (Tropic Thunder o Ironman), dicen las malas lenguas que está crecido, hacen que me muestre demasiado poco a favor de una producción que no parece llegar a buen puerto rindiendo honores a su título. Puede que como película normal y corriente sí, pero como homenaje no. Y el gran público habla.
Así que salvo que la tierra haya dejado e dar vueltas alrededor del sol, puede que sea el final de un director que prometía, que se ha perdido y que pretende más de lo que puede, o al menos se cree más original y creativo de lo que es. Siempre me dijeron que el que mucho abarca poco ahoga, y puede que este sea un caso concreto que de por cierta la afirmación refranera. Guy, ánimo, pero ya no vales.
A mí me gustaría ver a Jude Law, al que veremos en el Festival de Cannes en The imaginarium of Doctor Parnassus, como Sherlock Holmes, pero parece que su larga tradición de secundario se ha convertido en una losa.