Crítica de la película Sky Captain and the World of Tomorrow por Romulo

Sabor añejo tiene este homenaje a tantas cosas. Para empezar, al aspecto de aquellos filmes en blanco y negro que protagonizaran rostros como el de Bogart, apellidos como el de la Bacall. La boina ladeada (de la propia Bacall a Paltrow), el héroe socarrón y siempre repeinado (de Gable o Flynn a Law), los cines, las calles, las luces. Todo.

Para seguir, al Mago de Oz. No sólo porque sea la película que ven en un cine de enormes dimesiones, sino porque Sir Laurence Olivier (difunto pero "actor", como villano ausente) se aparece tal como lo hacía cierto personaje de aquella película tantas veces homenajeada...

Y para terminar, por los diálogos, chispeantes, fabulosos, socarrones, entre Platrow y Law. Son, de largo, y sin ni siquiera pedir permiso al trabajo visual de la peli, lo mejor de Sky Captain. Esas discusiones ("¿Podemos por una vez morir sin discutir?", le grita y ruega él a ella en una de las muhas situaciones límite de la aventura) tienen también ese riquísimo regustillo a viejo, a añejo, a cine de antes.

¿El problema cuál es, entonces? Que por lo demás Sky Captain sólo es una peliculilla correcta y divertida (lo cual tampoco es poco). Es así porque su aventura es insípida, sin mayor fuerza que la diversión justa de un caza perseguido por águilas mécánicas. No hay una sola escena de aventura de esas (Indy me viene a la cabeza) que te quitan el hipo, te mantienen en vilo, te encienden. Se hecha de menos una premisa de suspense, de incertidumbre, que convierta la escena en una situación límite brillante o cuando menos eficaz. Sky Captain es divetida; nada más.

Solamente le dotan de ciertos momentos de mayor calidad esos diálogos chisposos y chispeantes entre Joe Shullivan y Polly Perkins. Y la fuerza de una Angelina Jolie que dice poco pero aporta mucho con su mera (aunque breve) presencia.