Muchos son los que disfrutan con la violencia poética de John Woo. Yo, desde luego, no soy uno de esos muchos. Y es que a mí la violencia me gusta más en prosa, que le vamos a hacer, Kitano tampoco termina de convencerme. No.
Pues esto es un poco lo que nos ofrece Johnny To, su director, un tipo que es una eminencia en esto del cine Hong-konges, ¿hablamos de género? Yo no lo sé. También quiere hacer una inspección algo más profunda en el mundo de las triadas, crimen organizado que no empezó como tal, como suele suceder a menudo.
La película pasó por Cannes y no se llevó nada para casa. Eso sí, tenía buenas competidoras. De todas formas, no creo que esta sea una película de premios. Estará falta de muchas cosas.
Aun así, pudiera ser que estemos hablando de algo un poco diferente dentro de una envoltura común. Tiene puntos que llaman mi atención. Violencia que no necesita veinte minutos para ver como se da un puñetazo. Una historia de fondo, llamémosle drama incluso. Un final, por lo que he oído, algo fuerte – aunque ya a estas alturas a ver quien se escandaliza. Creo que puedo quedar satisfecho.