Procedo a titular esta precrítica como "honor" así, sin mayúsculas. Entiendo que el resurgir del cine de romanos con Gladiator no ha tenido una buena continuación con las siguientes cintas que se han ido estrenando: Centurion, La última legión y, en versión post romana, Rey Arturo. De hecho se ha dado la paradoja de que las mejores historias sobre Roma las encontramos en la televisión. Principalmente con Roma y, secundariamente, con Spartacus.
Lo que más me sorprende de esta película es la presencia de su director, Kevin MacDonald, un hombre proveniente del cine documental que se hizo famoso con El último Rey de Escocia, una película ciertamente aceptable que sirvió a Forest Whitaker para dar una masterclass interpretativa y, de paso, llevarse un Óscar. Y cuya siguiente película de éxito fue La sombra del poder. Como se puede observar, un director bastante ecléctico en cuanto a los temas que trata. Su presencia me sorprende, pero no me asegura nada tampoco.
En el reparto no hay grandes nombres y nos encontramos con Channing Tatum (G-Joe o El dilema) y Jamie Bell (el chico de Billy Elliot y Tintín) y la presencia de secundario de lujo corre a cargo de Donald Sutherland, al hilo de lo que hicieron en otras películas del género Richard Harris o Ben Kingsley.
Una película de romanos convencional, ambientada más allá del muro de Adriano y a la que no le pidamos mucho más que entretenernos.