Este documental parece que huele a melancolía, a detenimiento, a simplemente dejarse hacer así mismo, dejarse enriquecer y llenar con cinco perfiles distintos entorno a la flota de la Unión Soviética, su demantelamiento y los corazones perdidos que eso provocó.
Con poco presupuesto, intimista y reflexivo, desde un ser humano cohibido pero esperanzado, parece ser una ocasión de revisitar un mundo ya lejano,un mundo que está entre nosotros pero oculto tras la memoria, una manera de escuchar a personas que no olvidan lo que fueron sus vidas y sus hechos, una manera de acercarse a algo profundo que ya no está, al menos en primer término.