Lo que tiene que ser "un trabajo embarazoso" es hacer una película con Lindsay Lohan. Desde que ví Sé quién me mató, no puedo asociarla más que al bodrio. Y es que Lohan no se diferencia en nada de Britney Spears ni de Paris Hilton, tampoco a la hora de actuar. Supongo que, en todo caso, a ella se la considera actriz, así que resulta más legítimo hacer una comedia con ella que con las otras dos.
La clave que explica que alguien haya decidido elegir a Lindsay Lohan para protagonizar una película es que sea una película mala y que ninguna otra actriz con algo de gracia y vis cómica se haya animado a participar en ella. Por parte de Lohan, es su posibilidad de demostrar que no está tan locuela como parecen indicar los titulares que protagoniza, y que todavía es capaz de ponerse delante de la cámara y recitar diálogos con mayor o menor acierto.
Querido lector, si estás mirando críticas por Internet es probable que te interese el CINE. El cine no tiene por qué ser sesudos y complejos dramas europeos, puede ser un mero divertimento sin mayor trascedencia. Pero en ésta película no hay cine. Sólo marketing, proyecto, gestión, marca... y todo un rollo empresarial que poco nos interesa.
Huir como de las ladillas.