Éste tipo de películas nunca defraudan. Un argumento sencillo que irá de menos a más, in crescendo, hasta acabar explotando en una orgía de sangre y desenfreno. Por el medio mucho humor físico, mucho humor negro y unos personajes estereotipados que ayuden a centrar los gags, es una película que difícilmente dejará insatisfecho a nadie.
Si es verdad que pese a que la fórmula es contundente y funciona muy bien, todavía se puede distinguir entre aquellas películas que consiguen un humor redondo y otras que se quedan a medias. Es como la diferencia entre el humor de Ben Stiller y el de Adan Sandler. Uno lo borda y el otro lo imita con irregular resultado. Yo en éste caso apuesto a que ésta The cottage será una de las que consiga combinar la dosis exacta de cada ingrediente dando como resultado la mejor fórmula posible.
Veremos.