Frank Oz no es sólo la voz de Yoda, o de los teleñecos, también es un director que lleva haciendo comedias desde hace muchos años. Comedias, tan deliciosamente de su tiempo como Un par de seductores o ¿Qué pasa con Bob? También la oportunista y tontorrona In & Out. Hace poco realizó una de las pocas excepciones fuera de la comedia, The Score, una película muy correctita y muy elegante. Después todo se fue al traste con esa absurdez de remake que fue Las mujeres perfectas.
Ahora, ataca con esta película de marcado corte británico, con mucho humor negro y un cierto toque independiente. Y ese toque es el que, a diferencia de otras comedias suyas posiblemente mejores, permite que pueda exhibirse en festivales.
La película estuvo en Locarno, y ahora la podemos ver en la sección Perlas del festival de San Sebastián. Desde luego, no ha sido escogida por su cantidad de estrellas (aunque ahora veremos que podemos reconocer a algunos intérpretes), por lo que espero que sea la propia película la que tenga algo de interés.
De primeras puede ser difícil ubicar a su protagonista, Matthew Macfadyen, pero quien haya visto Orgullo y prejuicio quizá le reconozca como el señor Darcy. También se le puede ver en Grindhouse (sin mutilar), en el falso trailer Don’t).
A Keeley Hawes la vimos en A cock and bull history. Andy Nyman estaba en la contundente Severance. Ewen Bremner para mí siempre será Spud en Trainspotting, hace poco Woody Allen contó con él para magnífica Match Point.
El tipo de película que pretende ser no aspira a tener mayores estrellas. Espero que haga un buen uso del humor negro, como ya lo hizo aquella otra película en el festival, De fosa en fosa. Algo me dice que no, que el tiempo de Frank Oz ya pasó. Eso sí, le daremos una nueva oportunidad.