Cuatro largos años ha tardado en llegar esta comedia dramática mexicana a nuestras pantallas, tras haber arrasado en los Ariel, tras haber recorrido los festivales de medio mundo y tras llenar sus estanterías con numeroso premios. Pero se dice que nunca es tarde si la dicha es buena.
Estamos ante la ópera prima de Mariana Chenillo, que escribe y dirige, con un humor negro por lo que he leído repetidamente sobre ella bastante incisivo y que pone en el punto de mira a las diferentes religiones, disparando por igual sobre todas ellas. Un alentador comienzo para una joven realizadora que ha cruzado las fronteras mexicanas sin un film de terror que la avale, lo cual es bastante inusual.
Fernando Lujan (El coronel no tiene quien le escriba) protagoniza esta historia, en la que aunque prime la critica multidireccional, tendrá un espacio seguro para el dibujo de sus personajes.
Mordacidad con toques humanos, aderezados con humor cítricamente cínico.