John Cassavetes filmaba en 1980 Gloria, una interesante y fallida película sobre una mujer de armas tomar que pone en jaque a la mafia de su barrio. Gloria es una película totalmente descompensada, llena de vacíos en el ritmo, con escenas que sobran y otras que faltan y sustentada en el carisma de Gena Rowlands, la gran musa de Cassavetes. Gloria está llena de buenos mimbres, que no terminan de hacer un buen cesto. No me extraña que Erick Zonca haya sentido la tentación de recoger esos mimbres e intentar construir algo mejor. De ahí nace Julia, ésta vez protagonizada por Tilda Swinton, una actriz potente que creo que dará la talla.
No puedo evitar quejarme un rato sobre la deficiente distribución del cine en España y, más concretamente, en San Sebastián, la ciudad en la que vivo, que se siente orgullosa de tener un gran evento como el Zinemaldi pero que, al parecer, no tiene el suficiente público para que Julia aguante más de una semana en cartelera. Vergonzoso.
Una película para aquellos que nos gustan los thrillers pero que no queremos ver siempre lo mismo y para los que estamos dispuestos a hacer el esfuerzo de comprender quién es Julia...