Esta película puede representar lo que muchos hemos estado investigando a lo largo y ancho de las nuevas concepciones del cine, pero con cuidado, porque lo vanguardista puede caer tranquilamente en la auténtica “gilipollez”. 90 minutos de plano puede ser abusivo si no es necesario, no nos engañemos. Los anales de la historia del cine esperan con las puertas abiertas a Sokurov sin demasiado esfuerzo. Pienso que estará aburrido y cansado de pocas cosas a su alrededor y habrá intentado conquistar pantallas con un golpe de efecto que dejará con el tiempo en deméritos su talento.
Otra cosa puede ser peligrosa en esta escala de valores de acción, porque si toma con esa ligereza la decisión de la continuidad de cámara, porque no va a tomar la misma ligereza para con el guión y sus respectivas partes, solo va a ser un alardeo de buen atrezzo, gran palacio, y cantidades humanas en forma de actor, mucho me temo.
Grata seguro que es para los amantes como yo de las nuevas dimensiones, pero no voy a caer en su trampa y dejarme atrapar por el efectismo cayendo en el sopor del conformismo, pido más, pido un nuevo paso, no un paso grande y a ganar dinero. Estoy prácticamente seguro que a mitad de película pensó mucho o poco en lo que hacía y al final se decidió por lo rentable.
Clara merecedora de nuestro dinero pero a la vez clara merecedora de nuestras críticas.