"Inception meets Bourne", eso leí
hace unos días en un cartel promocional de esta película en
Londres, y lo cierto es que creo que no se puede expresar de forma
más sintética lo que es esta película. Lo curioso es que lejos de
ocultar que, en definitiva, se trata de un híbrido comercial entre
dos productos de éxito, como son Origen y la saga Bourne; se
use como reclamo abiertamente.
Tenemos una ambientación y una premisa
cercana al urbanismo onírico del último éxito de Nolan,
interpretada por un Matt Damon con el piloto automático de
Jason Bourne. La película promete acción trepidante, ritmo, intriga
y seguro que una resolución que chirría como una puerta vieja.
George Nolfi, que debuta en a dirección, es el guionista de
El ultimatum de Bourne, y aquí también se encarga del guión.
Adapta al gran Philip K. Dick, que siempre tiene un relato
corto cuando lo necesitas.
Una película de consumo rápido, antes
de que se pase de moda, para rellenar la cartelera en tiempos de buen
cine. Sólo para los fanáticos de la intrascendencia, y los
espectadores menos exigentes.