Sexo en Nueva York fue una gran serie a la cual se le puso un digno broche con su salto a la gran pantalla. Superó el gran bache que era amoldar el reducido tiempo de cada capítulo a una película de más de dos horas. Pero ahí deberían haberse quedado, con un final para cada una de las cuatro protagonistas y sobre todo el esperado final de la historia entre Carrie y Mr.Big. Pero poderoso caballero es don dinero y a los productores les habrá resultado difícil resistirse a la tentación de ganar pasta fácil, así que ¿por qué no prolongar y estirar más una historia que poco más tiene que contar si hay beneficio asegurado? Solo hay que echar un vistazo a sagas como la de Crepúsculo para ver que la baja calidad no siempre está peleada con la taquilla.
Tengo muy claro que distintivos tan claros de este producto como el glamour, la moda y las relaciones personales, esa mezcla entre lo frívolo y emocional, no van a faltar. Pero da la sensación de que van resultar forzadas y previsibles.
El reparto por supuesto irá encabezado por Sarah Jessica Parker y el resto de habituales, aunque se puede destacar, aunque no exactamente positivamente, la presencia de Penélope Cruz en un pequeño papel o las aparaciciones de Liza Minnelli o Miley Cyrus (Hannah Montana). Todo ello bajo el guión y la dirección de Michael Patrick King, como en su primera parte.
No puedo evitar recordar X files: creer es la clave y el gran fiasco que resultó. Grandes series manchadas por el afán monetario, que obligan a sus seguidores a renegar de estas segundas partes, a todas luces totalmente innecesarias.