Crítica de la película Enemigos Públicos por Iñaki Ortiz

Antes de plantarse ante esta película se debe tener un poco claro qué es lo que se puede esperar. Qué mejor que una precrítica para ello. Se trata de la última película de Michael Mann (Collateral), con Johnny Depp y Christian Bale. Es decir, un estreno bastante esperado.

Lo que no podemos esperar es un guión novedoso. En este sentido la película se parecerá a otras, y seguramente, hasta se parecerá a otras del propio Michael Mann. Quienes se conformen con una historia entretenida con acción y personajes carismáticos, aunque sea bastante convencional, ya lo tiene todo hecho. Quienes pidan algo más, tendrán que buscarlo en el verdadero punto fuerte de la película.

Me estoy refiriendo a la realización. Primero por el ritmo que es capaz de imprimir Michael Mann a sus películas y que ya conocemos de sobra. Pero sobre todo por la innovación estética por el video digital. Tampoco es esto estrictamente novedoso, pues ya se están sentando muchas bases del video digital. Ya sea Lucas con su grandilocuencia galáctica, Boyle con sus zombies abruptos, Von Trier con su realismo inmediato o Medem con su imagen tangible, se van acercando desde diferentes puntos al rodaje en digital. Pero si alguien está indagando en este formato y tomándoselo muy en serio, ese es Michael Mann. Vimos los estupendos resultados de Collateral y ahora veremos un nuevo paso que, sin duda, será un avance para la técnica cinematográfica.

Hay que tener claro que el camino aquí no pasa por conseguir que el video digital parezca película. ¿Por qué no rodar si no directamente en película? De lo que se trata es de buscar la personalidad propia del video digital y sus ventajas, exprimir sus posibilidades. Habrá algunos espectadores a los que todo esto les deje fríos, pero incluso habrás otros - y los hay- que rechazarán de primeras este nuevo formato, al que se puede atribuir por error cierto tono amateur. Para ellos tampoco es esta película (aunque quizá pueda serlo dentro de unos años).

En cualquier caso, es una elección valiente de Mann, rodar un film de época en un formato moderno. Eliminar los filtros de convención acerca de un tiempo concreto y tratarlos con el realismo del día a día. Y es que, aunque el cine nos cuente lo contrario,  cuando la gente miraba en los años 30 veía la misma luz que vemos nosotros ahora. Veremos si la propuesta de Mann cumple expectativas.