Si hubiera de elegir entre estas opciones me quedaría con la tercera. La segunda queda descartada de inmediato, y sólo presto atención a ella en el momento en que mis rezos ruegan que no tenga que asistir a tamaña afrenta al cine. Me apetece ver una de esas películas sobre la vida que Robert Altman, su director, maneja con maestría. Él es un director irregular, capaz de grandes obras como MASH (¿recuerdan la magnífica serie que inspiró?) o la muy reciente GhostFord Park. De la misma manera es capaz de pestiños de la talla de Robin “Popeye” Williams. Pero vamos a ser optimistas. En mi opinión, si verdaderamente nos encontramos ante una película de personas, de almas independientes del contexto en el que se encuentran, en ese caso creo que Altman habrá hecho un buen trabajo. Algo parecido a lo que hizo en “Vidas cruzadas”.
Desgraciadamente mi predicción como precog del cine que pretendo ser, es otra. Concretamente la primera de mis afirmaciones, que siempre será mejor que la versión UPA, pero aun así no creo que llegue a mucho. Pienso que será eso: una obra intimista (intimista por Altman) sobre jóvenes luchadores. ¿Y donde está lo malo aquí? Pues que ya hemos visto todo eso en incontables ocasiones. La razón de que me decante por esta opción es que su guionista, Barabara Turner, tiene un expediente extenso pero más bien pobre, lo cual hace que no le dé un gran voto de confianza. Con esperanza de equivocarme creo que no nos va aportar nada nuevo.
En cuanto a los actores, la sosa Neve Campbell, y el malvado Alex en la naranja mecánica, Malcom McDowell, de quien todos recordamos su mirada de psicópata, pero que no le hemos vuelto a ver en nada decente. No serán los actores quienes me arrastren a ver esta película.
Yo voy a ir porque quiero escribir la postcrítica, ¿y usted? ¿Está dispuesto a ver nuevamente lo mismo por 3’75€? Ya hablaremos en la postcrítica.