La primera parte de Paranormal Activity sigue una de las tendencias actuales del cine. Lanzar un producto barato al mercado y orquestar una campaña de marketing viral (o sea, barata), intentando crear cierto hype (o sea, que se hable de ella en internet) calculando que con que la vea un buen puñado de gente, ya dará mucho más dinero del que costó. Si, además, se encuentra una productora potente por detrás que tenga capacidad para influir en el mercado, el negocio está hecho.
Cinematográficamente, es una de las no-ficciones peor hechas que yo he visto. La película juega a ser barata, a mostrarnos la casa de una pareja tal y como supuestamente es, y a buscar el terror en lo cotidiano. Sin embargo, la recreación de la realidad es... eso: una recreación. Algo totalmente artificial y plasticoso que no va a ninguna parte.
¿Qué podemos esperar de esta segunda parte? Pues un poco más de lo mismo. Curiosamente cambian al director. No creo que cambie mucho el resultado final, pero quizá suponga una apuesta por la ficción pura... cosa que la haría más vulgar pero menos mala....
No veremos.