La novela de Houellebecq supongo será muchos más extensa en detalles e intensidad, pero la película, algo lenta al principio, como no sabiendo compaginar a los distintos hermanos, goza del beneplacito de mi paciencia por la búsqueda de un bien común, el resultado final.
Pero resulta que más agradecido por la historia de Bruno, sexual y rabioso, se olvida poco a poco de la otra historia y la deja en equilibrio, como no queriendo aburrir al público con otra historia de amor, forzando al desastre un personaje como Bruno que aparece tedioso a veces, y ridículo en otras, cosa distinta a las intención de las primeras líneas.
Con el afán de mostrar lo caprichoso de la mente del personaje con más planos, se olvida del otro, e incide en chistes concretos y ceremonias de salud mental que acaban por no parecerme creíbles y buenas con el desenlace de la muerte. De creíble a increíble, sin tensión ni drama en el final.
Banda sonora a veces a trompicones, lenta en demasiados momentos y pretenciosa con un personaje central que hace dudar mucho. Una historia decente pero que podría ser más. Un buen intento, pero fallido, y pudoroso, de llegar a un extremo.