Crítica de la película A Ciegas (Blindness) por Hypnos

La película de Meirelles arranca de maravilla con los planos de detalle del semáforo, con una estética visual que, en cambio, no es capaz de mantener durante todo el film.

Hace ya muchos años que me leí la novela de Saramago, así que los que tengan alergia a mis párrafos de comparativa pueden respirar tranquilos. Viendo la película recuerdo algunos sentimientos de angustia y de rabia experimentados, en su día, mientras leía la novela. Pero lo que había borrado de mi mente eran los momentos de tedio y de aburrimiento con los que me he encontrado en la película.

Al film creo que le ha faltado la capacidad visual de alguien del talento de Shyamalan, y mucha serie B. El texto original de Saramago creo que hay que tratarlo sin grandilocuencia y sí con socarronería soterrada, por muy trascendente que parezca su contenido y su discurso. Meirelles apuesta por el relato en clave hiperrealista, acercándose al encierro de los cegados, que no ciegos, como si estuviese retratando las favelas de Ciudad de Dios. Y uno, de repente, se topa con dramatismos un tanto forzados, como las escenas en que las mujeres se ofrecen al Rey del pabellón 3 y su séquito. No se entiende la reacción del personaje de Julianne Moore, ni de esas mujeres o personas que, en todo momento, creen que ella no está ciega. Si en el mundo de los ciegos, el tuerto es el Rey...¿qué diremos del que ve perfectamente?

En la novela, este tipo de planteamientos de Saramago adquieren un mayor interés por cuanto no está preocupado por la acción, sino por las reflexiones que genera, y por unos monólogos interiores muy ricos, que Meirelles no ha sabido cómo llevar a la pantalla, y que hacen de su adaptación una película, a ratos, bastante aburrida.

No obstante lo anterior, merecen mi aplauso algunos logros visuales como el de la ceguera blanca, o el de la escena en el supermercado, en la que los ciegos parecen casi zombies clásicos. La fotografía, a ratos es muy acertada, y a ratos se limita al saturado de blancos. Interpretaciones correctas, sin nadie que destaque por encima de los demás, en una novela dificilísima de adaptar y que sólo encuentro los defectos apuntados.