Un drama camuflado hasta los tobillos de comedia y sátira. Ha sido diferente, por lo menos se ha desmarcado de la temática usual: conflicto, pobreza, Israel, suicidas, desesperación. Bueno, esto último puede ser muy relativo. Porque sí es un película que narra un día en Palestina, lo cual supone conflicto, pobreza, etc... Lo que quiero decir es que se ha camuflado tan bien de comedia y humor ácido que por lo menos no se ha visto la sangre en su sentido más literal. Y otro aspecto importante. Masharawi lo hace poniéndose en la piel del palestino pudiente, de un juez ni más ni menos. Incluye crítica al sistema que existe dentro del caos, a la misma Palestina y la de su gobierno. La Palestina acomodada. Sí, existe.
Muy breve en minutos pero suficiente en contenido, le ha dado tiempo para el humor y poquísimo para el drama. La considero una película cariñosa, que te roza y te sugiere mucho. Bastante es que la veamos en Europa, bastante es que pase a formar parte del Festival de San Sebastián. Agradecido estoy de ver introducciones a la comedia nacionales como es en este caso, la palestina. Y agradecido Masharawi de estar donde está. Es un primer contacto. Con el tiempo perderán esa singularidad.