Este tipo de películas es una de las principales razones por las que me hice un incondicional de la Semana de terror de San Sebastián. Sin duda es el tipo de material que vengo buscando año tras año. El año pasado, por ejemplo, fue un auténtico desastre en éste sentido. Apenas vino nada de Japón y, la mayoría de lo que vino, era aburrido y poco estimulante. No así la ganadora de hace dos años, Survive Style 5+ (que, por cierto, es casi imposible de conseguir en castellano) resultó ser de las mejores películas que había visto en mucho tiempo: dinámica, divertida, estimulante, loca... un auténtico delirio japonés. Quizá el mayor exponente de éste tipo de cine sea Miike Takashi. Lo que pasa es que Miike me tiene ya un poco harto: rueda demasiado y es muy difícil saber cuando va en serio y cuando escribe un pasatiempos, y la impactante violencia de sus películas a veces me resulta totalmente salida de tono (incluso a mí).
Mis compañeros Keichi y Sherlock ya se han encargado de describir de dónde viene ésta película. Trataré de no repetir lo que ellos han dicho, pero no me queda más remedio que recalcar que se trata de un falso documental en tono de comedia.
Yo creo que con esto ya he cumplido el objetivo de ésta precrítica: creo que el lector ya puede hacerse una idea sobre si se trata de una película que le puede gustar o no: japoneses haciendo locuras. Eso y nada más es lo que le espera al espectador al enfrentarse a ésta película.