Three Extremes es un producto. Vale, ya sé que todo el cine que vemos es un producto. Pero en el caso de Three Extremes el tema es todavía más claro. Al calor de los éxitos y la espectación que ha suscitado el cine oriental se cogen a tres de sus más claros exponentes y se hace un DVD. Un producto. Claro que el cine oriental es muy amplio. Éste DVD se ha centrado en japos jartos. Me encantan los japos jartos (recordemos que un japo jarto puede ser perfectamente coreano, chino, etc.), mi afición a ellos viene de hace ya muchos años cuando los descubrí en la Semana de Terror de San Sebatian. Por un lado me congratula ver cómo algunos de mis héroes cinematográficos ganan algo de dinero con un producto comercial como Three Extremes. Por otro lado tengo miedo. Miedo a ese tufillo a "lo establecido". Todo el mundo conoce ya los parámetros en los que se mueve éste nuevo-viejo-nuevo cine oriental, su potencia visual y su gusto por la sangre, sólo espero que estos tres grandes creadores nos propongan tres buenas historias, más allá de contentar a los diseñadores del DVD. Aguardo impaciente. Veremos.