Cuento con los pros y handicaps de añadirme tarde a esta ensalada de matanzas que es “Sin City”, pero espero al menos añadir un poco de lumbre a la web, tan oscura en estos inciertos días otoñales.
Haciendo un repaso mental de las posts que he leído me quedo con que se repiten mucho conceptos como cómic, estética, voces en off anticuadas, músicas anticuadas, noir…
Y sí, es evidente que esta película es un cómic que trasciende de las páginas hasta los fotogramas para embadurnar con su estética la pantalla. Me ha gustado. Es más, considero que si el cómic es así, me parece incluso soso, es decir, que esta estética gana puntos en el cine, en fin, con el movimiento.
Acerca de la voz en off y del noir. No creo que la idea de esta película sea hacer un noir, sino que lo que confunde la idea es que utilice un recurso narrativo propio del noir. De ahí que me parezca que es abusivo hablar de la voz en off anticuada o no. Para mí, la voz en off es un recurso narrativo, y, como tal, es intemporal. ¿Acaso las elipsis están anticuadas? Una cosa es que a uno le guste más o menos, pero me parece un error encasillar la voz en off como un recurso obsoleto y heredero de otros tiempos. En fin, que sería como decir que el monólogo interior está anticuado en la literatura.
En esta película en particular, la voz en off no es que esté bien utilizada, es que es absolutamente necesaria para lo que se quiere contar, para el ritmo narrativo de la historia, que estaría coja sin ella. ¿Qué sería del prólogo sin la utilización de la voz en off? De tal manera que esta película me parece tan poco noir como lo puede ser “KB1” o cualquier película de mafiosos de Scorsese. La oscuridad de su estética no me parece suficientemente reveladora en este ámbito.
Los actores están muy bien. No creo poder aportar mucho más sobre ellos. Pero sobre los personajes sí que me sumo a la postdata de Rómulo y Remo. El fascismo en estas viñetas animadas es más que evidente y sonrojante. Sólo que en esta ocasión tan arty y cool, te lo disfrazan de bonitas chicas y ritmo rumboso, nos reímos y ya está. Pero tan fascista es esta película como lo eran algunas obras maestras de John Ford con John Wayne a la cabeza. Esto es cine y punto. Y quien quiera sacar punta al lapicero que lo haga siempre. Y para terminar el apartado de alusiones, la banda sonora me ha parecido muy buena, intemporal, porque así debe ser.
Con todo una película que me ha sorprendido mucho, y no tanto porque sea algo novedoso o no, que a mí es algo que me la suda bastante, sino porque todo está en su justa medida, tanto es así, que ni me ha parecido oportuno centrarme en el guión de esta película, que lo tiene, pero como si no lo tuviese, porque tampoco creo que a Millar y a Rodríguez les interesara. Uno pone unas historias, las cruza y ya parece que hay un guión sólido detrás. Pero, repito: no me ha interesado el guión en esta película; ni su verosimilitud; ni momentos en los que se me ha hecho largo o que no iba a ningún sitio.
Me ha gustado esta película por el mundo que representa, por verme envuelto en sus viñetas, por su portentosa capacidad de traslación del espectador, por la jeta con la que ha conseguido que no entre en ella con el paraguas de lo que creo, o de lo que me gusta en el cine (como el pelao de turno que te registra para ver si llevas un arma antes de entrar a la cita con el gran hampón). Ha conseguido con un prólogo de bandera y unos créditos pletóricos, desarmarme de estiletes y prejuicios. Como si entrase a ver la primera película de mi vida.