Dentro de dos días es muy probable que Jeff Bridges se haga con el Oscar a
mejor actor protagonista. Hoy se estrena en España su película, Corazón Rebelde. De hecho estrena dos,
porque también aparece en Los hombres que
miraban fijamente a las cabras. Sin duda está en un momento muy activo de
su carrera, alternando superproducciones que le llenan el bolsillo como Iron Man, con películas que le aportan
prestigio como la que ahora nos ocupa.
Un papel hecho a medida para ganar premios: Bridges canta y
además interpreta a un alcohólico, ¿qué más se puede pedir? En general suelo
ser cínico con este tipo de despliegues de supuesto talento, pero lo cierto es
que estamos ante uno de los grandes, por lo que seguramente el actor nos
desbordará con su buen hacer, como ya ha hecho otras veces.
Según parece, el actor toma como referencia a su viejo
amigo, también actor pero sobre todo cantante de Country, Kris Kristofferson.
El parecido físico es visible. Ambos trabajaron juntos en La puerta del cielo (aquél descalabro financiero que acabó con toda
una época de buen cine) hace 30 años. Pero de allí surgió más que esta
conexión. Dos de los actores que interpretaban a una banda de música en aquella
película, que eran realmente músicos, Stephen
Bruton y T-Bone Burnett, son los
encargados de la banda sonora de esta película, labor más que importante en una
historia sobre un cantante country. Ellos han compuesto las canciones que canta
Bridges. Han realizado otros trabajos similares como O Brother.
No hay mucho más que Jeff Bridges en esta película. Tenemos a
Robert Duvall y a Maggie Gyllenhaal como buena base de
secundarios. Un director novato, hasta ahora actor de medio pelo, Scott Cooper que adapta él mismo una
novela de Thomas Cobb. Todos
danzando al son de la música del actor (nunca mejor dicho) que junto a uno de
los compositores, Burnett, aparece
incluso en los créditos de producción, esto es una película de viejos amigos. Elecciones formales
propias del cine más country, que poco nos tendrá que ofrecer, más que un
formato serio y una esforzada interpretación. No es poco.