Crítica de la película El Topo por Romulo

Esta es una película de nombres y, de partida, es también una película de garantías. En la industria se habla de ella con un tono casi reverencial, lo cual puede ser un arma de doble filo. Pero sí, todos esperan muchísimo de esta cinta.

Dirige Thomas Alfredson, el que sorprendiera a medio mundo con Déjame entrar, irregular joyita vampírica que, sin ser la perfecta maravilla que muchos han querido ver, sí ofrecía una interesantísima vuelta de tuerca al género.

Alfredson se apoya en John Le Carré, concretamente en la novela aquí titulada El topo (que por cierto, ya fue adaptada a una prestigiosa teleserie británica, con Sir Alec Guinness, nada menos, interpretando a Smiley). Así pues, su incursión en el cine de espías llega a partir de uno de los grandes expertos de este mismo género en el ámbito literario. Es una nueva garantía de solidez, de saber hacer, de máxima funcionalidad. Espías, Guerra Fría... Es terreno Le Carré.

Por último, varios de los mejores intérpretes británicos no han querido perderse la fiesta: Gary Oldman, Colin Firth, Ciaran Hinds, John Hurt... Esto no es solo simple garantía; es que abre el apetito. Nivelazo.

En teoría, todo se alinea para recuperar el mejor cine de espías, para ofrecernos una trama bien dirigida, tensísima, talentosa, muy british, elegante casi siempre, asfixiante cuando deba serlo. Pero, ¿quién guioniza todo esto? Bridget O'Connor (brevísimo currículum; nada que nos de alguna referencia) y Peter Straughan (en su haber, Nueva York para principiantes o El hombre que miraba fijamente a las cabras). Un dato que sí puede ser (podría ser) importante: ambos han trabajado juntos anteriormente.

Le tengo muchas ganas a esta película. Por el runrún optimista que la rodea. Por el género del que se trata.