Dirige el malasio James Wan. No se me vayan todavía, se trata del creador de la valorada saga de Saw, de la que sólo dirigió la primera entrega, lo cual le honra. También participa en el guión junto al otro guionista de Saw, Leigh Whannell. Sin duda esta ha sido una de las películas de terror más importantes, y posiblemente, más influyentes de los últimos años. Está claro que es para los fans del género.
La película que nos trae ahora, relacionada con la ventriloquia, por sí sola tiene un aspecto que tira para atrás, con elementos de terror trasnochadísimos, empezando por el propio Monchito, y la tan característica cara sonriente y aterradora usada hasta la saciedad. No hace falta recordar la saga de El muñeco diabólico.
Lo que puede darnos un mínimo de esperanza es precisamente el nombre del director. Es posible que sea capaz de ofrecer algún concepto novedoso en este campo, o al menos, mantener un buen ritmo y una trama seria, pero desde luego, de entrada lo tiene más difícil. Creo que esta es “su película mala”, después estrenará Death Sentence, que creo que será bastante mejor.
El reparto no es como para tirar cohetes. Mucho actor de televisión o de películas de baja calidad. Lo más reseñable puede ser que participa Donnie Wahlberg, el hermanísimo de Mark Wahlberg, naturalmente con menos talento. Ya participó en Saw IV… y poco más.
Los fans del género no deberían perderse esta película. Yo, de momento, no tengo demasiadas ganas, y menos viendo lo fuerte que está la cartelera. La reservo para la televisión.