La Sección de Nuevos Directores de Zabaltegi es una estimulante propuesta en la que uno puede disfrutar de sensaciones fuertes a cada momento, ya que no se sabe si se está ante el nacimiento de un buen director o ante el saber no hacer de uno malo y con suerte.
En esta ocasión, el examinado es un noruego de 32 años, llamado Erik Richter Strand, que debuta en el largo, tras una experiencia previa de dos cortos: "Sporlos" (con el que ganó a la Mejor Dirección en el Festival de San José en 2003) y "Kjell Universell".
Como suele suceder en estos casos, Strand se ha rodeado de un equipo técnico muy joven, donde sólo destaca la experiencia internacional de Wibecke Ronseth, que montó "Un lugar maravilloso", película que estuvo en la Berlinale en el 2004.
Pero lo que quizá más me extraña es que también, gran parte de los actores de este film tienen poca experiencia, destacando que su protagonista, Nils Jorgen Kaalstad, actúa por vez primera en este film.
Tras tanta palabrería y guía técnica, si me pedís mi opinión os diré que siempre he salido satisfecho de las películas nórdicas que he visto en el Zinemaldi.
Os diré también que esta película promete riesgo por parte de un equipo joven, que hará que quizá sea excesivamente iconoclasta. Me temo que pueda aflorar la violencia en la película, no tanto por ser necesaria en la historia, sino por necesitarla el joven director para aplacar sus ansias de cámara.
La única pega: que quizá a alguno le parezca que la trama es truculenta, o que, para otros, esté excesivamente manida.
Si la película se encierra en su pequeñez y nada en las densas aguas de un espacio más cerrado, mi nota lo agradecerá, si juega a querer ser más amplia de horizontes de lo que puede, el castillo de naipes se derrumbará.
Yo sólo le pido un drama desatado en un espacio reducido.