Crítica de la película Southland Tales por Romulo

Kelly cava su propia tumba en la industria


3/5
28/10/2008

Crítica de Southland Tales
por Romulo



Carátula de la película Estoy algo desorientado aún después de ver la película e intentar reflexionar sobre ella durante unas cuantas horas. En verdad tengo varias cosas claras, el problema es que son completamente contrapuestas. Por un lado, no tengo duda de que el tono general y el resultado global de la película en algunas de sus elecciones es... lamentable. Luego enumeraré varios aspectos, en este sentido. Pero por otra parte la película es arriesgada, producto y reflejo exacto de los tiempos que vivimos y, además, tiene varios momentos realmente brillantes.

Empecemos por todo aquello que es malo e incluso insufrible en Southland Tales. Los actores, por ejemplo, en su gran mayoría. The Rock es indescriptiblemente torpe y limitado, es el polo opuesto a Vin Diesel en su género. Su personaje, una especie de Schwarzenegger californiano y trasnochado, podría haber tenido mucha miga (y gracia) si no hubiera que soportar a The Rock con su sonrisa blanqueada y sus gestos estúpidos. Y sobre Sarah Michelle Gellar, qué decir: como actriz es un desastre, y como belleza es incluso peor que mediocre; su rostro afilado de ratón desmerece a su personaje de pornstar-doble espía.

Para colmo, allí donde podría haber una simbiosis personaje-actor interesante, Richard Kelly lo desaprovecha, como sucede con Justin Timberlake y, sobre todo, ¡con Christopher Lambert! ¡Qué desperdicio! Por lo demás, afortunadamente los personajes que de tan secundarios son casi icónicos, sí funcionan, especialmente la vieja enana neomarxista. ¡Fantástico!

El problema, al final, es que el tono paródico-político que adopta Richard Kelly se traduce en situaciones trasnochadas, la mayor parte de las veces, pretendiendo fundir personajes ridiculizados con saña (ahí está esa especie de Bush gesticulante cuya hija prototipo Playboy se ha casado con un actor cachas de Hollywood) con situaciones que no acaban de desembocar en una trama ni del todo fantástica, ni del todo simbólica, ni del todo adherida a una ciencia-ficción desmedida -por mucho que acaben entrando en juego los manidos conflictos espacio-temporales.

Lo que Kelly consigue sobre todo es irritar al espectador, con situaciones bochornosas y dando rienda suelta a las limitaciones interpretativas de sus actores protagonistas. Quiero creer que es voluntario, nadie elige a The Rock y Sarah Michelle Gellar sin saber a qué se atiene... Pero no entiendo muy bien qué pretendía.

El problema está en que esas situaciones sonrojantes se van alternando en el devenir argumental con otros momentos muchísimo más disfrutables: el impagable número musical de Justin Timberlake (I got soul, but I'm not a soldier) o el marcianísimo empleo del himno norteamericano son dos ejemplos claros, aparte de la potentísima introducción de la película.

En general, Richard Kelly nos regala un puñado majo de escenas bien disfrutables, aun sin perder el cariz radical y descontrolado del conjunto. Además, cuida mucho durante toda la película la factura estética, visual, de su producto. Y eso se agradece.

Se presenta Southland Tales con su IV capítulo, para seguir con el V y terminar en el VI. Imitando el modelo Lucas, seguro que Kelly quería retomar luego los tres primeros capítulos. Pero veo complicado que ningún productor se atreva con otra marcianada de semejantes dimensiones. Mucho tendrá que pelear Kelly para recuperar el status de niño mimado que consiguió con Donnie Darko.




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