Uno de los mayores acontecimientos del año es el fin del mismo. Con él, se borra un número y se cambia por otro. Hemos vivido un cambio de siglo, el paso de varias décadas...y lo hemos hecho acompañados de las diferentes tendencias cinematográficas de cada momento. En este sentido, la comedia romántica ha vivido etapas varias, desde Cuatro bodas y un funeral hasta Bridget Jones, sin dejar de lado a la superior por encima del resto Notting Hill o Love Actually. Cada una de ellas representa un ciclo de la vida de este género que mantiene a su público atento e ilusionado cada que asoman la cabeza en nuestra cartelera. Sin embargo, ese ciclo ha caducado. Se muere, agoniza y no hay nada que hacer. Solo queda esperar al fin definitivo y con éste el comienzo de una nueva etapa. Aún recuerdo títulos como Historias de San Valentín del mismo Garry Marshall o New York I love you que no son mas que una enfermedad incurable y un cuerpo pesado de levantar aquejado de un virus letal.
Nuestra cinta en cuestión lleva la "marca" de la nochevieja y las historias cruzadas. Y por si alguno lo dudaba, actores con marca registrada como Aston Kutcher, Hilary Swank, Jessica Biel y hasta el mismísmo Bob De Niro que son el anzuelo, su único anzuelo. Un producto no necesariamente navideño ya que la nochebuena siempre será la número uno en cuanto a cine navideño. El personaje de la noche del fin de año puede no estar tan usado pero no por ello es más apetecible. Un ejemplo más de la soberbia estadounidense de desembolso de dólares sin sentido, una terrible noticia para el cine, de nuevo enterrando el cine de autor, independiente y de calidad. Una vez más, el consumo de los no valores minando el cine como herramienta.
No dan ganas de querer ser entretenido siquiera. Lo que mal empieza, mal acaba. Veremos si el 12 nos ofrece buenas nuevas.Garry Marshall la vuelve a liar y lo peor es que le dejan.