Se estrena la nueva película de Mike Leigh, un director del que no llego a declararme fan, pero que está entre mis predilectos. En mi opinión, Secretos y mentiras y El secreto de Vera Drake son dos joyas incontestables de los últimos años. Por las dos estuvo nominado al Óscar, sin conseguir el éxito, así como por el guión de Topsy-Turvy.
El cine de Leigh encuentra su raigambre en lo social, pero a diferencia de otros compañeros suyos de generación tales como Ken Loach, no se regodea en ello, y lo utiliza como punto de partida para crear más Cine que retazos de realidad.
Con esta premisa, Leigh se vuelve a colar en nuestras carteleras con una película que podría llegar a parecer la Amelie británica, que tiene como gran baza la presencia de su actriz principal, Sally Hawkins, con la que ya trabajó en Vera Drake, y a la que hemos podido ver también en El velo pintado o El sueño de Casandra. ¿También se podría decir que es la Audrey Tatou británica? De momento su nombre suena para los Oscars, avalada por su premio a la interpretación en la Berlinale.
Un trabajo que despedirá buen rollo a la vez que ternura y dramatismo, en el que nos meteremos en la piel de Poppy – su protagonista –, en uno de esos films en el que nos contarán la mejor historia posible: la manera de vivir la vida de uno mismo.
Una película para todos los públicos, nos vemos en el Cine.