An education no es
una película que destaque por contar con grandes virtudes. Sus formas son simplemente
correctas, sin aspavientos, para centrarse por completo en la historia que está
contando. Tampoco su argumento es nuevo ni mucho menos su forma narrativa. De
hecho, conociendo algunos detalles de la trama podríamos pensar en un telefilm
basado en una novela de Danielle Steel. Sin embargo, viendo la película es
fácil percibir que se trata de mucho más, dejando al espectador satisfecho, muy
lejos de un producto vulgar.
Esta es una película sensata y sutil, que no necesita de
grandes giros o vistosos golpes de efecto. No es necesario que la protagonista
quede embarazada, o que alguien muera como final trágico. El mayor efecto al
que asistimos, se produce dentro de la mente de la protagonista, en su modo de
cambiar la manera en la que ve la vida, en definitiva, su forma de madurar de
golpe. Así se consigue una historia cercana que nos sirve para reflexionar
sobre nuestra propia manera de ver el mundo. Una nueva obra sobre escapar de la rutina. Se podría decir que es el reverso sensato y menos rompedor de Revolutionary Road.
Sabe ser cercana y hablar de situaciones recurrentes en
nuestra realidad sin tener que caer en el tópico, ni en un excesivo contraste
de buenos y malos. Ahí tenemos como ejemplo a la directora, con un discurso
bastante inaceptable, pero que coincide con el punto de vista amparado
finalmente por la película (el de la profesora). La misma protagonista, se nos
muestra inicialmente con una personalidad snob que puede llegar a
irritar, arriesgando así la identificación con el personaje, a cambio de un retrato más certero. Se puede decir que
la película es bastante valiente en su presentación de personajes.
En definitiva, una película con personalidad propia, pero
una personalidad tan sutil que no destaca vivamente.