Indiana Jones. Estamos hablando de un mito. De una leyenda. Del mejor personaje de acción de la historia del Cine. Probablemente la película de aventuras más inteligente y mejor realizada que podamos recordar. Pura leyenda. Y, claro que sí, leyenda viva.
Indy vuelve, y yo sólo puedo echar rodilla a tierra, quitarme el sombrero ante el suyo y ofrecer toda mi confianza: mis más eufóricas cinco estrellas. Porque él es Steven Spielberg, el mismo que firmó la primera obra maestra, el divertídisimo carrusel que fue El templo maldito y esa suerte de remake del Arca Perdida que Indy coprotagonizó con Connery en su tercera aventura. Una trilogía gloriosa.
Spielberg es, además, uno de los mejores directores de cine de la Historia. Sí o sí. No admito discusiones en este punto. Claro que ha metido la pata alguna que otra vez a lo largo de su filmografía, de acuerdo, pero hablamos de Indiana Jones. Es su terreno. ¡Se lo conoce de cabo a rabo! No puede fallar. Y no fallará, así lo espero.
Indiana vuelve talludito, cascado, y la película tendrá ese puntito de comedia que ya cobró mucho protagonismo en La última cruzada. Un Indiana de vuelta de todo, cansado, y muy bien apoyado por Shia LaBeouf (Transformers), un chico que promete muchísimo y que pinta muy bien al lado de Harrison Ford.
La nómina de garantías no termina aquí. En el reparto: la inigualable Cate Blanchett, el retorno de Karen Allen (En busca del arca perdida), John Hurt, Ray Winstone (Infiltrados), Jim Broadbent (Gangs of New York)... ¡Una gozada! Y detrás de las cámaras, ahí sigue George Lucas cuidando de su criatura, ese arqueólogo que inicialmente bautizó como Indiana Smith; John Williams recupera su clásica fanfarria; el gran Kanusz Kaminski se ocupa de la fotografía, y David Koepp, uno de los plumillas mejor valorados en Hollywood (y habitual de Spielberg) se ocupa del libreto.
En definitiva, y aunque más de uno dirá que una cuarta entrega no era necesaria, blablablá, no veo nada que me indique que esta cuarta aventura pueda fracasar.
Ya lo decía la campaña promocional de El templo maldito: Si la aventura tiene un nombre, ese debe ser Indiana Jones.